El horror de Boiso Lanza ( Tomado del Semanario El Popular)
“Estar preso significaba ser torturado-señala Tarocco-violaciones, “el tacho” o submarino mojado (que consistía en sumergir al detenido en un tacho con agua y orín hasta que no pudiera respirar), el submarino seco (colocar sobre la cabeza del detenido una bolsa hasta que no pudiera respirar), el caballete (colocar al detenido sobre una barra de hierro con las piernas sin tocar el suelo), la picana, los plantones, los simulacros de fusilamiento.
En Boiso Lanza había un lugar, conocido como “La Perrera ”, que era donde torturaban especialmente; estaban los perros y había una piscina para los perros; allí también te ponían de plantón. Éste lugar quedaba sobre el fondo”.
“En la tortura estabas siempre encapuchado y casi siempre desnudo. Los que llevaban adelante la tortura eran los del S2 (Inteligencia), o los de la Tropa Aérea de Comate (TAC)”, denunció. Posteriormente cuenta dos ejemplos de las prácticas habituales en Boiso Lanza: “Había por lo menos dos médicos y enfermeros que asistieron a la tortura. En mi caso, yo había caído de un balazo en la pierna. Me torturaron 24 horas y entonces el médico dijo: “Ya está verde, llévenlo”, y después me volvieron a torturar”.
Sobre el simulacro de fusilamiento:
“Me sacaron una noche, me llevaron a un descampado y me dijeron: corré, yo estaba esposado y encapuchado. Entre ellos comentaban: “bueno, esto es intento de fuga, lo matamos y chau”. Me pasaron una pistola por la capucha y luego la dispararon al lado de mi oído”.
Por si no fuera suficiente, serena y firme, Nibia explica por qué con las mujeres era aún peor: “A las mujeres nos humillaban permanentemente, nos tenían desnudas, nos manoseaban. En mi caso estaba embarazada y tenía mi compañero herido. Jugaban con el tema del embarazo. Me decían que si daba información no me daban picana en la vagina o no me pegaban en la panza”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario